jueves, 30 de julio de 2009



Próximas vacaciones

Carlos y yo estamos tratando de ponernos de acuerdo sobre a dónde ir en nuestras próximas vacaciones. Nuestras propuestas son por completo distintas, así que, hasta el momento, estamos lejos de tomar una decisión. Él dice que le encantaría ir a las Barancas del Cobre, en Chihuahua, para hacer el recorrido en tren y disfrutar del paisaje. Y claro, de entrada suena como una opción muy buena, pero el pequeño detalle, que a mi marido por supuesto se le olvida (ay, los hombres, tan prácticos siempre) es que viajaremos con una niña de no más de dos años, a quien para nada le parecerá divertido contemplar la belleza de las profundas barrancas, los recorridos a caballo o las caminatas en suelo rocoso. ¿O sí? En realidad a mí también me encantaría hacer algún día este recorrido, pero tendrá que ser más adelante, cuando podamos irnos por nuestra cuenta y dejar a la nena con alguien de la familia. Por el momento, mi propuesta es la que –modestamente- considero más viable. Nada más y nada menos que… la Riviera Maya. Encontré una oferta buenísima por internet. Además de que el hotel tiene áreas de juego y programan actividades para niños de todas las edades, creo que el mar Caribe es de los más nobles para pasarla en familia. Bueno, y el paquete que encontré tiene además un pequeño tour por la reserva de la biósfera de Sian Ka’an, en donde podremos flotar en los canales que están entre sus lagos. ¡Qué emoción! Cuento los días para estar disfrutando de la playita.

martes, 28 de julio de 2009

¿Qué nombre le pondrán a la generación de mi hija?

Tengo algo que celebrar: ¡ya aprendí a ponerle título a mis posts! Definitivamente se ve mucho mejor. Y bueno, ¿a qué se debe que abra con una interrogante de este tipo? Ayer pasé la tarde con una de mis mejores amigas. Siempre disfruto charlar con ella no sólo por el cariño y la empatía que ha existido entre nosotras durante tantos años, sino porque es también una psicóloga muy talentosa, a quien le gusta mantenerse al tanto de los estudios reveladores sobre la conducta humana. El caso es que ayer me habló de la Generación Yo, de la cual la verdad no tenía la menor idea.
Se trata de un término propuesto por la psicóloga Jean Twenge para referirse a la generación de jóvenes nacidos en la década de los ochenta o noventa, que ahora son veinteañeros y están familiarizados con internet... pero a un grado ¡casi obsesivo! Mi amiga me contaba que los planteamientos de Twenge tienden a ser demasiado negativos, pues dice que los jóvenes son más seguros de sí mismos, más enérgicos, tienen muchas herramientas para comunicarse, pero, según Twenge, son más infelices que nunca.
Después de analizar los pros y contras de esta teoría, mi amiga y yo llegamos a la conclusión de que quizás los jóvenes se han vuelto más narcisistas y protagónicos -hablando de sí mismos por todas las vías posibles-, pero que al final sigue siendo determinante establecer relaciones sanas en familia y entre amigos con tal de alcanzar el bienestar emocional a la que cualquier generación aspira.
Por supuesto, esta plática me dejó pensando muchísimo en cuál será el nombre que algún psicólogo o sociólogo le pondrá a la generación de los que nacieron en la década del 2000, como mi nena. Y más que agobiarme por lo incierto que resulta lo que vendrá, prefiero pensar que mi hija es muy afortunada al contar con dos personas decididas a estar a su lado, alentarla y compartir una visión positiva de la vida.

jueves, 23 de julio de 2009

Estoy muy entusiasmada porque la semana pasada tuve la oportunidad de ayudar a alguien en el foro de Yahoo respuestas. Me dio gusto porque muchas veces he tenido dudas y siempre ha aparecido alguien por ahí que resuelve mi duda. Así que ahora me tocó a mí.
Den click aquí para que vean de qué se trata.

martes, 21 de julio de 2009

Acabo de hablar con Carlos. Ya viene en camino. Tuvo un día bastante pesado en el trabajo. Voy a preparar unos sandwichitos con queso, lechuga y jitomate. Nuestras charlas durante la cena son de las cosas que más disfruto con mi marido. Siempre aprovechamos este momento, por breve que sea, para compartir nuestras experiencias al final del día. Muero por contarle que hoy Alejandra balbuceó algo parecido a la palabra "papá". O bueno, quizás se trate más bien de mi imaginación, un tanto desesperada por escuchar a mi nena hablar. Pero no pierdo las esperanzas, pues de acuerdo a lo que nos ha mencionado el pediatra - y mis amigas con bebés- es más o menos a esta edad cuando dicen sus primeras palabras. De hecho, he seguido el consejo de mi amiga Lore, y todos los días le leo algunos cuentos, aunque sé que no entiende una palabra, todo con tal de estimular su habla.

Ha llegado Carlos. Me voy.

jueves, 2 de julio de 2009

Inaugurando este espacio... ¡Qué bien! Esta es realmente una buena oportunidad para compartir mis experiencias de los últimos años. No puedo creer que hace apenas unos meses, me enfrentaba a ese gran dilema que le quita el sueño a muchas mujeres en algún momento de sus vidas: ¿seguir trabajando o cuidar a mi bebé? Y bueno, la razón por la que hoy estoy escribiendo tranquilamente desde mi casa, mientras veo a mi peque disfrutar de un sueño profundo, es porque opté por hacer una pausa en mi vida laboral. Ahora que lo pienso... había estado trabajado desde que tenía ¡23 años! Y bueno, no fue una decisión sencilla, y respeto también la audacia de todas esas mujeres que deciden volver a su trabajo, sin dejar de estar al pendiente del bienestar de sus hijos.

¿Cómo tomé está decisión? ¿Cómo es que llegué aquí? Me entusiasma muchísimo la idea de compartir mi día a día con alguien allá afuera.