viernes, 28 de agosto de 2009

Opciones para el fin de semana


Carlos y yo somos muy paseadores, aunque desde que nació la niña nos hemos limitado un poco. Sin embargo, hace unos días decidimos irnos de paseo los tres este fin de semana, aunque todavía no decidimos a dónde. Hay varias opciones, todas más o menos cercanas: Guanajuato, San Miguel de Allende, Morelia, San Luis Potosí, Tepozotlán o incluso Valle de Bravo. A mí me encantaría ir a la playa, pero no tan pocos días; así que Acapulquito, Puerto Vallarta, Manzanillo, Tuxpan o Veracruz quedan descartados por el momento. Se aceptan sugerencias, Todavía podemos cambiar de rumbo mañana temprano.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Cuando Alejandra duerme...


Estar con mi hija, jugar con ella, bañarla, vestirla, darle de comer, llevarla a pasear son cosas que disfruto sobremanera. Sin embargo, esos lapsos cuando ella duerme tranquila y me permite estar a solas, estar conmigo misma, son momentos que gozo de igual forma (claro, cuando mi marido está en su trabajo). Sé que hay gente que no puede estar consigo y necesita por fuerza la compañía de otras personas. Yo no. Yo sé pasarla bien a mi lado, por decirlo de alguna manera. Son instantes en los cuales puedo leer, entrar a internet (mi más reciente afición, debo aceptarlo) o simplemente pensar, recordar, meditar, mientras miró pasar la vida exterior a través de la ventana de mi cuarto que da a la calle. Pienso entonces en otros tiempos, en cuando era niña o adolescente, en mis escuelas, en mis familiares, en mis épocas de noviazgos fugaces o en el día en que conocí a Carlos, el hombre que me hace feliz. Así puedo estar por horas... o por minutos, depende lo que mi bebita quiera dormir. Pero como sea, también en ese rato me siento muy dichosa.

lunes, 24 de agosto de 2009

Preguntas antes de elegir una casa


En busca de casa para una de mis mejores amigas, me topé con una lista de preguntas que todo interesado debe hacerse con tal de tomar la mejor elección. Me pareció buena idea compartirla.

Si quieren ver de dónde la tomé, pueden dar click aquí.

¿La casa cuenta con servicios de agua potable, cisterna, drenaje o fosa séptica, energía eléctrica y alumbrado público?

¿Te conviene el número de recámaras?

¿Son funcionales la cocina, el baño y el patio de servicio?

¿Sirven todas las instalaciones?

¿Qué tipo de suministro de gas tiene?

¿Caben todos tus muebles?

¿Qué materiales tienen los pisos, muros y techos?

¿Cuenta con estacionamiento?

¿Tiene iluminación y ventilación natural?

¿Te gustan y te convienen las áreas comunes?

¿Se puede ampliar en el futuro?

¿Te conviene el piso en el que está?

¿Tiene vigilancia?

¿Cuenta con servicio de recolección de basura?

¿Qué tanto trafico o ruido hay en la zona?

¿Te gusta el entorno?
¿Está cerca de industrias, líneas de alta tensión, ductos de combustibles, áreas inundables por la cercanía a un río o laguna, barrancas, pendientes fuertes o cualquier otro factor que represente un riesgo?

¿Cuánto tiempo y dinero tendrías que invertir para llegar a tu trabajo?

¿A qué distancia se encuentran los siguientes servicios?
• Transporte.
• Escuelas.
• Tiendas y mercados.
• Clínicas y hospitales.
• Cines.
• Parques.
• Módulos de policía.
• Otro que tú requieras.

¿Cuál es su precio?

¿Cuánto costaría el mantenimiento?

¿Cuánto te descontarían mensualmente en la empresa donde trabajas para el pago de tu crédito?

jueves, 20 de agosto de 2009

Al mal tiempo buena cara



Estoy convencida de eso. Qué necesidad hay de andar por la vida odiando todo y a todos. Creo que es pura energía desperdiciada. He conocido a amargueitors de esos que andan con una nube gris sobre ellos desde que despiertan hasta que se van a la cama. Siempre, o casi siempre, están juzgando o menospreciando a todo aquel que se les acerca. Por fortuna, he aprendido a mantenerlos a distancia. Las personas a las que más admiro son exactamente lo opuesto: bromistas, divertidas, amorosas y dicharacheras, como diría mi abuela.
De hecho, estoy convencida de que la amargura reseca la piel y provoca arrugas prematuras. En cambio, reír, sentirse agradecido, no complicarse la existencia y esforzarse por pasarla bien tiene un impacto realmente bueno en nuestra salud: nuestro sistema inmunológico se fortalece, reducimos la posibilidad de un infarto, entre otros beneficios que ahora no recuerdo, pero que las revistas de divulgación científica siempre mencionan.
Ahora entiendo por qué mi primo Jorge, que es doctor, siempre anda riéndose, incluso de cosas que no son naaada graciosas. Mmm... Hace bien.

Y bueno, de algún modo, entiendo que los amargados hayan quedado marcados por esas campañas y señores que se han encargado de malbaratar el optimismo. ¿Se acuerdan de "únete a los optimistas, abre tus alas, emprende tu vuelo"? ¡Horror! O qué tal el simpatiquísimo Miguel Ángel Cornejo con su optimismo para la excelencia... uff. Difícil olvidarlos.


Como verán, hoy estoy de muy buen humor. Espero que sea contagioso. :)

lunes, 17 de agosto de 2009

Empieza la búsqueda

A partir de esta semana, Lucy y yo estamos de lleno en la búsqueda de casa o departamento. Mientras ella hace el trámite de solicitud de crédito, yo he estado checando en muchos sitios de inmobiliarias. ¡Hay muchas opciones! Mi amiguita está dispuesta a pagar no más de 1,500 000 pesos. He visto que en Cuajimalpa hay casitas pequeñas alrededor de ese precio, pero a ella definitivamente le interesaría vivir en una zona más céntrica. La ventaja de Lucy es que ya tiene mucho tiempo trabajando y gana bastante bien, así que no dudo que al solicitar el préstamo al banco, y a la vez aprovechar lo que tiene en Infonavit, las cosas se resuelvan bastante rápido. Por ahora, les dejo un par de fotos de lugares que he visto. ¿Qué opinan? ¿Están lindos, no?

Cuajimalpa





Roma

viernes, 14 de agosto de 2009

¡Qué bonita es la provincia!



¿Qué necesidad hay de meterse a una tienda enorme en donde todo se vende en paquetes de mil, cuando uno sólo quiere un fólder o un clip? Lo bueno es que existen papelerías con un verdadero toque personal. Ahí tienen a office market.




miércoles, 12 de agosto de 2009


En busca de casa propia

Después de ver el partido con mis amigotas (jaja), Lucy se quedó un rato porque quería contarme algunas cosas. Me dijo que en un par de semanas se vence el contrato del departamento que renta, pero en esta ocasión su casero le salió con que el dueño va a ocuparlo porque se lo dará a su hijo ¿o a su sobrino? No me acuerdo! El caso es que Lucy tendrá que mudarse OTRA VEZ en busca de un espacio que le agrade. Y bueno, al final me dijo que ya está muy cansada de tener que pagar renta, adaptarse a un lugar, pero a fin de cuentas saber que no se trata de un espacio propio. Lo bueno es que esta vez sí la vi muy decidida a comprarse una casa. Aunque yo se lo había sugerido desde hace algunos años, pues gana muy bien y tiene un trabajo estable, el asunto le parecía demasiado serio y comprometedor. Cada vez que mencionaba algo sobre crédito para vivienda o inmobiliarias me pedía que dejara de portarme como su mamá!

Hicimos algunas cuentas sobre tooodo el dinero que ha gastado en renta y, bueno, para qué les cuento. Pero me gustó la actitud de Lucy, pues más que arrepentirse y sentirse frustrada, me pidió que la ayudara con todo el proceso, desde solicitar un crédito hasta ver en qué zona le conviene comprar su casa. ¡Y claro que cuenta conmigo! Pensé que si tengo la experiencia en el tema y mucho tiempo libre, pues ¿por qué no? Andaremos en eso. Les seguiré contando.

Por supuesto, Alejandra estaba de lo más entretenida con nuestra plática. Véanla, interesadísima.

lunes, 10 de agosto de 2009

A favor de la netiqueta

Aunque apenas empiezo a familiarizarme con esto de las nuevas tecnologías e internet, estoy por completo a favor de que exista una especie de acuerdo o manual de buenos modales para los que convivimos en espacios como estos. Claro, algunos simplemente lo ignoran. La primera vez que platiqué con uno de mis sobrinos adolescentes por Messenger y me escribió algo como "Ke paso tía. Yo aka disfrutando las vacaciones", me dio no sé qué, pues Robertito no es nada tonto y ya tiene 16 años. Además, sus papás le pagan una escuela escandalosamente cara. Como pa ke? Se preguntarán igual que yo. Pero bueno, Roberto me explicó que así es como se abrevia en las pláticas en internet con tal de hacerlo lo más rápido posible. Aunque no logré convencerlo de que se olvidara de ese lenguaje primitivo, llegamos a un acuerdo, y mientras hablara conmigo, escribiría como le habían enseñado en la escuela. Lo que sí nos permitimos son los emoticons, que yo descubrí después de siglos de usar Messenger. :-)

miércoles, 5 de agosto de 2009


Me pregunto si a este pobre tipo lo habrán abandonado por tener esa cara o tiene esa cara porque lo abandonaron.

martes, 4 de agosto de 2009

La maldición de la fila

Me volvió a pasar. Estaba muy campante en la fila del súper cuando de pronto ésta dejó de avanzar. Por supuesto, el resto de las cajas tenían también filas kilométricas. Sabía muy bien que si me movía a una de éstas, la maldición de la fila, la cual me ha perseguido durante años, provocaría que la cola vecina se detuviera de manera inexplicable. Pero me ha pasado tantas veces, que uno aprende a lidiar con eso. De no ser por este embrujo que me aqueja, jamás me habría enterado que a Thalía le dio una enfermedad toda rara por culpa de una garrapata, o que hace poco murió Beto el Boticario, y que Santiago Creel y su novia están embarazados. Digo, al final es cultura general, y puede obtenerse de manera gratuita en los tiempos de espera en las filas colapsadas de los supermercados. ¿Por qué no? Y ya muy metida en la ojeada de revistas, hasta me ha dado tiempo de aprenderme un par de recetas de cocina que no me han quedado nada mal. Pero, ¿qué pasa? ¿De verdad son tantas las razones para que una fila se detenga? Ohh, sí. Tengo incluso una lista. Si se me escapa alguna, agradeceré que alguien por ahí me la recuerde.

1.- Corte de caja. Para esto la cajera 1 tiene que sacar todo el dinero, contarlo, distribuirlo en 26 bolsitas para cada nominación, esperar a su supervisor, con quien esperará a su vez a la cajera número 2, quien por supuesto carga con 26 bolsitas de cada nominación, listas para ser repartidas en los compartimentos de una cajita de apariencia inofensiva. (Todo esto pasa delante del desafortunado “siguiente” cliente, a punto del colapso, quien por supuesto suelo ser yo).
2.- Un producto sin código de barras. No falla. Alguien insiste en que su vida dejaría de ser la misma si no sale del súper con esos 20 gramos de queso azul que seleccionó cuidadosamente, pero sin fijarse en que ¡no tiene el maldito precio! Algún empleado tendrá que ir con toda la pereza del universo a checar cuánto cuesta el preciado manjar.
3.- Pago de servicios. ¿Por qué las personas que van delante de mí en las filas tendrán siempre la perversa idea de pagar la tenencia cuando yo sólo quiero salir lo más pronto posible de ahí? Esto es un grito desesperado: ¿¡por quéee!?
4.- Pago con vales. Al de adelante también se le puede ocurrir pagar con vales. Como son idénticos y no alcanza a ver los números para saber cúanto vale cada uno, se tarda 16 horas en juntar los 300 pesos de su cuenta.
5.- ¿Quién paga la cuenta? Me pasó una vez. Un señor y su hijo veinteañero discutían sobre quién pagaría. Pero discutían en serio, y ¡sin límite de tiempo! “No, papá, yo puedo pagar” (hijo haciéndose el independiente). “No, cómo crees, soy tu papá. No insistas” (papá negándose a abandonar su rol protector por unos minutos). Y así, argumentos parecidos repetidos una y otra vez que opté por ignorar mientras me enteraba de que el noviazgo de Peña Nieto y la Gaviota ya era oficial.




La hora pico en el súper puede ser muucho peor que esto.

lunes, 3 de agosto de 2009

Niñera de fin de semana

Este fin de semana nos tocó cuidar a los hijos de Rosalba y Marco. Queremos mucho a esta pareja de amigos y nos tenemos la confianza de pedirnos favores de este tipo. En esta ocasión, necesitaban un par de días solos porque han estado teniendo algunos problemas. Y claro, me han dado permiso de mencionar esto en el blog. Son una pareja muy responsable y madura, saben que tener diferencias y etapas difíciles es algo natural en una relación estable. Eso es justo lo que a mí me parece más valioso: atreverse a reconocerlo, hablarlo abiertamente y buscar una solución.
Cuando regresaron por sus hijos el domingo en la tarde los vi bastante relajados. Espero que les haya ido bien. No he tenido chance de platicar con Rosalba. Pero bueno, Carlos y yo, en cambio, ¡terminamos exhaustos! Y claro, se entiende, con una niña de año y medio llorando, un chico de dos años metiéndose todo a la boca y otro de cinco brincando de un mueble a otro creyéndose Spiderman, cualquiera se cansa un poco. Lo más sorprendente de nuestra labor de niñeras de fin de semana es que la pasamos muy bien, nos reímos muchísimo y los hijos de Rosalba fueron los más dulces y cuidadosos con Alejandra. De hecho, Jonathan, el mayor, me dijo que le encantaría tener una hermanita (habrá que averiguar qué opinan sus papás).
Esto de cuidar a los hijos de mis amigas me resulta doblemente gratificante, les echo la mano cuando es necesario y por otra parte me sirve como ensayo para ver a qué tendré que enfrentarme cuando mi nena tenga esa edad. Sin duda se trata de todo un reto.

¿Cómo le hará la señora que tuvo octillizos hace unos meses, o Angelina Jolie, quien aún busca integrar a nuevos miembros a la familia?