martes, 8 de septiembre de 2009

¿Los que Dios nos dé?


El fin de semana fuimos a una reunión familiar. Nos tocó sentarnos junto a los tíos abuelos de Carlos. Y bueeno, por el título de este post, ya se imaginarán lo que nos tocó escuchar. Ellos son una pareja que tuvo ocho, sí, OCHO hijos. Nada hay que los haga más felicies que ver correr a toda su prole de un lado a otro en los convivios familiares. Entre más se parezcan sus fiestas a una escena de El Padrino, mejor. Por supuesto, fue a mí a quien le tocó un interrogatorio más exhaustivo: ¿Para cuándo la parejita? ¿Vas a dejar a Alejandra sin hermanitos? ¿Sabías que a tu edad se complica un poco tener hijos? ¿No quisieras ponerte en riesgo si lo dejas para después, verdad? En fin, una lista interminable de preguntas incómodas que los ancianitos se especializan en hacer... Siempre con la mejor intención, claro.

Carlos y yo siempre sabemos encontrarle el lado divertido a todo esto. Y para nada nos agobian pensamientos de este tipo. De hecho, este periodo con Ale, es el más feliz que hemos tenido en toda nuestra vida. Veo como muy poco probable que eso cambie.

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