domingo, 18 de julio de 2010

En busca de kinder para Alejandra




Pensé que escoger un kinder era algo más sencillo. Carlos y yo creíamos que el más conveniente sería el que está a unas cuadras de la casa. Pero la semana pasada fui a echarle un ojo y vaya sorpresita que me llevé. Los salones tenían un decorado sombrío y las profesoras eran más histéricas que la maestra Krabappel. Los niños tenían una cara de sáquenme de aquí que no podían ocultar. No vi muchas áreas de juego y la directora me recordó a Elba Esther.

Si alguno de ustedes tiene hijos deben entender cómo me sentí en ese momento. Creo que fui un poco ingenua al creer que un kinder era cosa de niños. Bueno, sí que lo es. El caso es que como papás debemos darle la importancia que merece. Es la primera vez que nuestros hijos van a convivir con un grupo, tanto de chicos de su edad como otros adultos. Se trata también de la primera referencia que tendrá sobre la escuela. Si desde un primer momento asocia la idea del colegio con gente neurótica o niños tristes, el rechazo a éste se volverá algo natural y podría persistir por años.

Les recomiendo poner mucha atención en los detalles. Desde la actitud del conserje o la persona en la entrada designada para dar la bienvenida hasta los controles para permitir la salida de los niños. En general, se debe notar un ambiente de armonía y entusiasmo. La decoración no tiene que ser la más espectacular, pero sí muy colorida y tener a la vista los trabajos de los niños.

Después de salir corriendo de la casa de la familia Monster que nos quieren vender como kinder, me puse hacer una búsqueda rigurosa en internet. Encontré varios links, entre ellos éste, con una guía de las mejores escuelas. A ver si les sirve, ya ustedes dirán.

¡Suerte en su búsqueda!








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